El libro libre


Usted es libre de hacer o decir cualquier cosa dentro de este libro. Aquí no hay cosa que sea vista desde el punto moral: este libro acepta el vacío de sentido y que, digámoslo seriamente, se acepte que una boca sea roja.
Este libro se pinta la cara. Usa maquillaje. Puede tener un rostro y otro. No está decidido a renunciar a entrar a la almohada, ser un zapato, se las escaleras oscuras, ser un balcón de madera.
En este libro no hay programas que se hayan construido solo una gran hoja blanca donde usted puede poner lo que sea. Lo que usted diga se hará realidad. Este libro es puro fulgor: es una máquina de hacer feliz. Este libro tiene una programación neurolingüística que lo hará feliz o triste según usted desee. Como lo desee. En el grado que desee. Este libro es consigo mismo.
Es la calle donde camino. Es el almuerzo, la cena. Esta ortografía, desde las épocas en que nació la pena y las monedas con que pago una cerveza en lata.
Y nada se nombra. Este libro nombra todo nuevamente. Este libro lava y acelesta todos los caos.
Es un martes cualquiera de una vida cualquiera. Elijo hablar desde un cuadradito. Aparezco y desaparezco. Deseo de hacer gárgaras, te cuento: lo equinoccional puede ser usado en los poemas y en la geografía. Me acuerdo de cuando descubrí tu sonrisa debajo de la mesa. Entonces estudiábamos en la escuela. Eran días raros. Exparcidos. ¿Extrañas esos recreos o ya tu vida, como la mía, esta marcada por el azaroso y cotidiano caos?

Paro un carro. No sé de donde vine ayer. Amanecí en mi cuarto. Nunca me había pasado nada así. Empiezo a caminar y todo se abre. Uno debe vivirlo todo. Buscar orbitar alrededor de mi vacío, caminar e intentar menguar el ansia, su longitud, ser ahora está línea metida no sé dónde en cualquier lado abriéndose expectorando este digamos himno tensado de una largo y negro bosque.

Huir de un bosque. Caminar por pelos y cuerpos, entre los laberintos de la geografía de venas me acuerdo que me pasaba entre mis viejos abuelos debajo de las sábanas entre sus calores y mi túnel se abría ahora justo que salgo de este bosque.

Entro a este apago mi computadora camino sin embargo entre amontonadera de personas no sé qué haré en esta ciudad si es que la canción que me toca cantar es la misma melodía de este pasto que busco a veces como quién piensa en algo cercano

Todo este libro este libro es lo que voy siendo en un intervalo de cosas calles en esta esquina o dentro de una conversación caliente frente a banquitas pasan muchachos metidos en sus propias vidas este afán mío de encontrarme en otros ojos no es simplemente un calor que expande la idea de que no soy no existo sino en la medida de todos como construir un poema que sea todo y se haga y deshaga

Porque todo este libro no cubrirá la realidad de tu vida tu vida diaria digo este aleteo de caminar entre tránsitos y ver entre tejidos tantos rostros tantos modos de ser o de sentir que palpitan en este río loco danzante que es el mar que florece ahora por el sudor de las palabras que son cuerpos arqueados alrededor de los ojos

No es que solo sea guiado por esa tensión de comprobar cada larga avenida o cuarto o ventana por donde cada quién avanza hace sus notas eso me aleja de mis versos de ver el objeto como algo solo compuesto del hecho de abrir o cerrar los ojos

Estar vivo no es un poema escrito en tus ojos es una constelación de raras aves que se dibujan en boletos de avión irse lejos volver a encontrarte con esa voz por qué te dedicas a dibujar el mar o hablar raro si tu sonido es simple como caminar ahora que buscas dónde tomarte una sopa entre trenes que pasan y moto taxis piensa

En las cebras animales que vivieron asustados entre fieras entre toda clase de hombres locos que sacan su pistola o muchachas o puentes extendemos esa naturaleza que somos se venden en comerciales cada quién sintoniza sus ideales con un cariño meteré mi cabeza en el siguiente bus debo bajarme

Y dejar de escribir cualquier pensamiento es que tampoco veo otro meollo que la arena que viene y va encima los perros detrás el puente la grisura del barrio esta calma de siglos en estos cuerpos encerrados maltrechos      Las rejas van cerrando la ciudad y tu compras un dvds para llenar el vacío de la noche, después de comer una salchipapa. Ves la calle y su belleza irrecuperable e inservible, bebes donde puedes, tratas

de imitar el movimiento de ojos de los dioses perdidos, esos que flotan entre la sangre de plantas y leyes, pero es arena este cuajo reflejado en tus negros ojos y no se puede
todo es demasiado alto. Tan alto, tan alto. Una casa, movimientos detrás de los vidrios
donde a veces nos dibujamos tu y yo buscando la primavera que era nuestros cuerpos, no sè si me entiendes, sudo por toda metáfora, me visto, me cambió, no entiendo muy bien este asunto traducido a lo que diariamente se disimula en  los ojos. Algunos beben solos, otros pagan su menú, compran una camisa.

Comprar una camisa y un pantalón y empezar a caminar mirando los periódicos.















Por eso
amanecí
febrero
nunca estuve
tan feriado
tan relajado
dentro del pensamiento
puedo quedarme
callado
esto es en realidad quedarse callado
en un cuarto
el mundo habla y repite su misma sinfonía
cráneos y subterfugios





Soy el que busca entre viejos enseres,
algo que chispe, algo que baile, en los ojos
cansados de los que ya no tienen un resplandor
ingenuo, ni tatuajes en el pecho, ni un gran tajo
solo conciencia de ciudad, de demasiada ciudad
y tan poco tiempo de vida, no es carpe diem, es
otro asunto, se libera la sangre, volvemos
a la materia de la pena y los astros, se libera
otro asunto paseando entre los ojos, los carros
deliberan sus fuertes conciertos,
el cuerpo no sabe, no escucha, no canta entonces
curamos el dióxino de carbono de los dedos
nos dejamos querer a veces
vamos a llamar por teléfono
y necesitamos modos, maneras de aprender otros rituales
que sean las viejas ganas de encontrarse
como la reunión alrededor del fuego,
y no la retahíla de sustancias viejas por las que marcho en
aguas negras, solamente hablando, queriendo
a veces navegar, echarse a un vaso de cerveza
y nadar contigo esta noche.


Y sin embargo,
perdemos todo.
Esto es la leyenda
que no cantan
los poetas
cansados de su propia
epifanía
de su casa
de cartón
Cansados todos de la misma conversación
Podemos entablar una forma
de encontrarnos
Que no sea solo el papel y el suceso,
ni la brillante ceremonia de un beso entre las nadas
no se inventa lo frío
es un planeta inmenso no me reconozco
en nada fundé una nación
Fui herido por amigos,
y estuvimos peleando en el frío,
entre hielos y sables,
arrojar una conversación
que haga inútil lo triste.

Sobre la ciudad
canta
una cosa
rara
sucede
la vida
ahora
esta es la vida
que sucede
no hay otra
cosa
no existe nada
el tema de conversación
es esta
cosa que ves
este tema
el mismo
entonces no hemos avanzado
en el asunto
se repiten las mismas historias
el romance termina
escribo demasiado
demasiada desesperación
y calma
calma que no se haga
o deshaga la nada en ti
la fuerza
de las cosas me determina
conocer a otro
es entregarte a otro
universo
no tenemos barreras
estoy en todos




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