carta de Matías Aznar a Julio Barco

Muy buenos días señor Barco,
quiero dirigirme a usted por este medio para darle una respuesta a las diferentes escrituras que viene usted vertiendo dentro de su blog. Primero, creo que usted mantiene despierta una imaginación desbordante, que le hace mirar la poesía en todo. En mi caso, señor, yo profesor de Lengua y Literatura, debo también filtrar en el caldo de cultivo algo de deportes, amigas y cierta diversión de fin de semana. Eso exige la rutina limensis, en el marco de este siglo. Veo su preocupación por respirar y escribir poesía, cuando en realidad es un trabajo inmerso en la soledad. Por su verborsidad intuyo que usted lee cuando camina cierta trama invisible que cree reconocer y que se mueve por debajo de la realidad que observa. Sus trabajos me hacen pensar en las vicisitudes de arte en una época dónde ya no se genera ningún tipo de espera, ni esperanza. Por qué habría usted esperarla. Por su prosa poétizada veo sus lecturas -Gonzalo Rojas, algo de la tradición peruana, un toquecito de Pessoa- quisiera añadirle mi preocupación, natural en los hombres de mi abolengo, por hacer desaparecer del poema el sentido de individuo. Del uno. De la que usted, mas de una vez  y de forma incluso chistosa, llama voz. Algunos -en mi caso particular, añado que tengo 25 años, como usted  y que igual, mi vida es bregar entre las mareas diarias de la miasma y el amor- que pues, algunos deseamos eliminar aquella voz. Transformar ese paisaje en una estructura. Usted no adolece de aquel conocimiento, pero veo mucha vagueza en su forma y en su sentido. Recuerde que los poetas, en sus primeras declaraciones universales, se consideraron "vates" por su poder de "VATICINAR" Si usted se queda solo en el resplandor de su propia tradición anclara, como buen Barco que es, dentro de la ruta de Verástegui. Verá en él a un amigo. Su bitácora es una apertura de conciencia poética. Un amigo, por facebook, no recuerdo su nombre ahora, lo llamó "summun poético" de modo que usted debe abrirse a explorar más allá de eje temática en el que "NAVEGA"
Sin tenerle más que decir, y mirar las mariposas amarillas que pasan por la ventana que tengo al frente, hoy jueves soleado, con el bullicio de mis hijas en el suelo, me despido de usted, no sin antes saludarle y desearle buena suerte,
saludos a su linda familia,
y a su pareja, de tenerla,

                                              Matías Aznar