aburrirse





Ser una opción. Del ruido y del mundo. Una pieza más un cajón
un zapato debajo de la cama. Cambiando de tono, un cuarto
y nuestros cuerpos apretujados. Pero de todo esto que se hace
con la carne se ha escrito demasiado.

Pronto me iré del país. No sé a dónde. Nunca lo tuve planeado.
A mis 25 años nunca he viajado en avión.
Debe ser raro. Mi barrio es pequeño. Tiene sus perros,
su invencible costumbre de volver a casa. Los muchachos
que siguen en la esquina manifestando su vida,
lo lascivo de sus bocas. Y niñas regadas en la calle.

Crecen personas. Quisiera abrirte mi corazón,
que sepas que me mantuve herido de sábado en sábado
Pero de todo esto no quisiera hablar
porque cuando leo poemas como el que ando escribiendo
me dan ganas de romper mi laptop y correr a un parque.
El pasto me hace pensar en la posibilidad de brillar.

Llegar a ser ese verde. Ese maravilloso deseo. Saber
que todo esto es un cúmulo de sensaciones orbitando
sin ton ni son en una circunstancia de tiempo. Encierra mi
dolor entre líneas, alguien habrá de abrirlas, llevarse
lo que más quiera, no es mío este lenguaje, es
solo aire que pasa emanación y manación, el clima
era nuestro cuerpo, nuestro cuerpo apuntando a el verano.

Ahora te veo entre nubes. Subes una foto y entre nubes.
Yo me aburro en cuartos sudando y no quiero ver de cerca tu foto.
Tu mochila y tu pelo pintado. Eres la muchacha que querías
ser a los 16 años, cuando te conocí, y eso me alegra.

Prefiero escribir poemas de amor tonto y ser sincero
a decir cualquier tontería que impresione por su aire intelectual.
El jazz se acaba. El amor se acaba. El día se acaba.
Pero todo vuelve a empezar.

Vamos que no todo es tan malo, te digo, deja ya
Ese chirrido azul. Las calles se desnudan a tus ojos,
los puentes de madera. El cielo anubarrado hoy que amanece
y estoy tumbado en un piso, no conozco a nadie.

Me doy cuenta que ni si quiera me conozco ni reconozco
en todo este alfabeto. La gente tiene misiones preciosas,
busca razones para seguir objetivos, lee bellos libros
de autores internacionales, ansia alcanzar el amor,
yo no tengo nada, ni si quiera un pago mensual, solo una cama,
y este corazón de cocodrilo.

Y por cierto, no te vi, en tu foto sales de espalda.
Me gustaría volver a verte, mi amada aries.
Estar juntos era la medida de mi vida. Esos poemas,
lentos que nadie recuerda ni conoce. Porque tocar
la gloria era respirarte. Y aquí me paro y cierro el word
donde respiré y pensé en ti.

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