Oscar Málaga y La salvaje melodía del viento y del aire y etc




por Julio Barco

Qué es poesía ¿un vicio y una traducción? ¿una contradicción espantosa, una afirmación y la definición menos exacta de las cosas y de nosotros mismos dentro de las cosas y de nosotros mismos con las cosas? Valery nos ofrece una semblanza cuando destapa el concepto de que el poema es infinitamente interpretable y Drumond de Andrade le responde: los poemas son caracoles, hay que poner la oreja y escuchar. Pongamos la oreja en los versos de Oscar Málaga y escuchemos.

¿Qué es el yo poético, sino un filtro donde uno se desolló y, de paso, consigo mismo, desde uno, arrastro el mundo que le tocó y su versión definitiva?

Poesía para poetas, poesía solipsista, poesía anacoreta, poesía trascendentalista, poesía anonadada, poesía vertical. 

Algunos poemas nos gustan porque nos leemos en ellos, asumimos el canto, lo encaramos y por eso el poema funciona como un constructor de identidad.  Pero hay otros que asedian las formas no solo para traducirse y traducirnos sino para confesarse bajo la luz macilenta del verso fresco y afilado. O sea, que meditan en público. Abren los poros y ofrecen su voz. Antonio Machado es un poeta singular que pertenece a esta casta: en sus versos permanece la voz del que duda con nostalgia, del que tiene la "segunda infancia que da el no creer en nada”

Y esa voz protege no solo la lengua sino la ternura, la distancia de nuestra finitud, es un alegato y una afirmación. Es el adn chillón de nuestra condición, de nuestro desconcierto. Eco del propio desconcierto. Los poemas, como escribe Oscar Málaga, son el eco de nuestro propio desconcierto.
Poeta a tiempo completo y novelista fortuito, Oscar Málaga, alejado del mundanal ruido –actualmente vive en un país nórdico- nos acaba de entregar un obsequio. Una carta desesperada y sincera, no por eso cojuda ni facilista, escrita como un meteorito que muere y nos sacude en su devenir y que quizá sea el colofón de una época (los 70tas).

Encontramos, por encima del dominio del lenguaje,  más conciso y despejado, como quién corto con hachazos la vieja lírica de su época, irrumpe una bruma de reflexiones. Poesía filosófica y reflexiva, un jodido divagar.  Reflexiona sí, pero sobre temas obsesivos y diversos. Obsesión: la poesía.

El sentido del lenguaje como posibilidad y límite, la violencia del tiempo, y otros vicios atraviesan las arterias de sus versos. Y aquí destaca su poesía ensayo, el hechizo de su meta poesía. Y su reflexión conecta como un alegato contra nuestra época líquida, o un soporte para repensar otras posibilidades al “poetizar”, sin ánimos moralistas ni éticos, sin imperativos, como una meditación donde el poeta ofrece un coro de canciones, que como verbos potenciales, desde ahora, necesitaremos poner en el soundtrack personal: La poesía/No tiene rutas. Estás en ella/Y no puedes salir. O no estás,/y con furia clavas banderas/En todas las montañas. Y ese soundtrack seguirá repiqueteando finiquitado el canto.

El oficio de Málaga no es decir que hacer ni explicar lo acontecido, la poesía de Málaga obedece a la intuición, persigue la epifanía y desde esa cresta canta:

"Todos tenemos derecho
A construir una cabaña
Donde el azar nos instale.
Orinar en cada esquina.
Ahí brilla eterna."

En su universo ahí, flotando, a la vuelta de la esquina, ofrece una filarmónica emocionante.  Y aquí se crea una voz con peso propio, con lógicas y sonidos personales.  

Rezuma sabiduría y conocimiento de aquellos "aviones destruidos en las nubes" Lo dice en una entrevista:  "El signo de que la gente se interese tanto por la poesía es increíblemente esperanzador. Eso significa que hay una reserva moral de este país de la puta madre. La poesía cada vez te ofrece menos: en los 50s te ofrecía viajes a los países socialistas, en los 70s un trabajito, en los 80s ya no te ofrece nada, y en los 90s ni siquiera tienes status. Ahora el poeta es un vago, un ocioso, un cholo de mierda"


Pues, no todos llegan al cielo. Por el camino ubicuo y tortuoso, rescata el verso de fuegos fatuos: "El poema construye tu corazón./Le entrega un ramo de flores/ Germinadas en lágrimas salvajes./Cambia la sintaxis./Y el orden cambia./ Es un recuerdo."

Construcción de un puente,  su primer poemario, ya interioriza acerca de los límites que imponen el lenguaje legado, traicionero y limitante, y la posibilidad de construir un canal para explicarnos. Desde ahí, la idea del puente y la potencia de poema. El poema es una ventana, y también es una explicación en sí misma. Pues bien, escoger filosofar en verso es atrevido y es cuestionante. Las reflexiones sobre la poesía, ejercicio vicioso, hoy no suceden por circuitos críticos, sino por brotan desde los mismos poetas.  El poema se explica a sí mismo.

Hay, si nos ponemos excesivos, una comunicación con los fenómenos actuales de poesía y con las ventanas de Málaga. No solo confesiones sobre la poesía (“Está muerto. Como este siglo./Una multitud construye este poema./Una multitud gira ciega/ Sobre su tumba. Miles de flores/ Inclinadas en el mármol negro.”) Sino interrogantes sobre tanteos de una realidad emergente: “La elocuencia del tiempo es un síntoma./Las mariposas no vuelan: se arrojan contra el aire.”:   Es un siglo radical opuesto a otro siglo radical, atribuyéndole a siglo la idea de ética y estética frente al poema que es la vida que es todo.

Es una convergencia de voces y respuestas. En Asuntos de identidad se levanta una ética, una propuesta: la poesía es, el poeta tritura. Depreda. Conflictos. Meditaciones. Problemas. Impulsos.  La intimidad que se cuela en los poetas descubre quizá la insinceridad de su oficio. Insinceridad manida frente a una sociedad de espectáculos.

Convierte en vidrio sus hastíos y sus alegrías. Vidrios que son palabras. Por un lado, mafiosos de emociones y, por otro, cobarde. Perdonavidas. La poesía de Málaga no respeta, avanza serpenteante, sólida y límpida. Es ajena a fechas, da un canto amorfo. Dice. Luego, claro, invita a saltar al vacío. Como la voz de Muddy Waters –ubicado con justicia en sus versos - y el epígrafe liberar de Hugo Ball. 

¿Qué es, entonces, La salvaje melodía del aire? ¿Mejor sería decir que no es? No es un poemario que funciona como concepto, no es un libro con respuestas, no prevalece una voz hormigueante y efusiva, no es otra respuesta a la VIDA desde una estética de lenguaje o un viaje solpsista; es, mas bien, un libro rebosante de citas, casi declaraciones y afirmaciones. Y que desde ya ubican a Málaga, con derecho, como el poeta filósofo (título que lo hará reír, de seguro), el budista de la poesía peruana. José Watanabe, quién más de una vez negó el mote no tenía nada de zen, era más bien un observador de la realidad, de las circunstancias; otro poeta merecedor del rótulo podría ser Walter Kuronisy, que en cada libro maneja distinta ética y estética. Y aquí lo necesario: Málaga observa la realidad desde el fenómeno poético, y desde ahí intenta explicar sus circunstancias.

Málaga ha vivido harto y nos ha dejado un regalo.  Repito: un regalo. Aunque el poeta nos advierte que es un concierto para nadie, y qué no hay publico ni escenarios, y que nunca hubo público. Y que hoy la poesía es un vaso de vino en el centro de la mesa en un lugar donde nadie tiene sed. Nadie, pocos, quizá. Y si me apuran creo que con este libro se cierra una temporada y se derrama otra. 






UN MIX DE ALGUNOS VERSOS SUBRAYADOS:

"Es peligroso no tener satisfacción."

"La montaña más alta no toca el cielo"

"La poesía
No tiene rutas. Estás en ella
Y no puedes salir. O no estás,
y con furia clavas banderas
En todas las montañas."

"Somos una multitud que descubre su nombre


Al paso de nuestra memoria."




"No necesitamos el paraíso.

Explica la poesía."




"No hay acantilados

Y nada será nunca más lo mismo."


"El asunto es estar ahí donde el azar te instale."

"Todos tenemos derecho
A construir una cabaña
Donde el azar nos instale.
Orinar en cada esquina.
Ahí brilla eterna."

"Aspiramos a ofrecer poesía. No a escupir mierda"

"El poema construye tu corazón.
Le entrega un ramo de flores
Germinadas en lágrimas salvajes.
Cambia la sintaxis.
Y el orden cambia.
Es un recuerdo."


"No eres el indicado para aullar refugio a su lado"

“agua desbordada
siempre me repito”

“No es necesario creer.
Nos sostiene un sueño.”

“Es tu último litro de gasolina:
La muerte no tiene sueños.”


“Está muerto. Como este siglo.
Una multitud construye este poema.
Una multitud gira ciega
Sobre su tumba. Miles de flores
Inclinadas en el mármol negro.”

“Escucha: no me interesa el verano
Pertenezco a esta estación oscura y fría.
Es mi siglo.
Escucha: no escupiré mierda.”

“Este poema es una gota de agua
Golpeando un océano.”

“La poesía es la enfermedad.”



“La elocuencia del tiempo es un síntoma.

Las mariposas no vuelan: se arrojan contra el aire.”


“Todos somos héroes
Intentamos un destino.”



“El vértigo de las olas,

El paisaje. La continuidad,
El poema. No hay bondad.
Nunca hubo bondad.
Diez mil policías callan
La multitud con Diez mil
Bombas de gases lacrimógenos
El siglo es asesino.”

“Estoy buscando donde protegerme
He liberado mis pies.”

“Nunca hubo bondad entre los hombres”

“No es necesario el coraje
Sólo encontrarse por azar en el campo de batalla.”


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