¿Hay todavía gente que goza de la poesìa? Pienso que hay pocos, que en el país somos un par de gatos los que nos acurrucamos en versos para ir olfateando aires nuevos, más plenos, más en continuidad con este universo que somos.
No hay manera, la poesía es como una necesidad. Hoy leía que un méxicano hablaba en tono irónico del poema como cuerpo. Antes existía otra forma de pensarlo. No se puede sujetar a un viejo juicio. Entonces todo fluye. Siento que de fondo lo que se quiere hacer ahora es libertar esa masa de ilusión y dejar la otra. Por ahí no sé dónde escuché que la poesía de la realidad es la ciencia. Leo a viejos poetas peruanos. Hablan de sus casas los sábados abiertos a la diversión, a conversar después de la misa y de almorzar en casa.
Celebrar el sábado. El tono de estos días es otro. Pensar en poesía es hacerla existir. Pero es que el tema de la poesía no es un abstracto, es un constructo de varios temas, donde las fronteras se liberan en un ejercicio espléndido.
Pensar en ti buscar el tono adecuado. Silenciarse. De fondo tal vez sea esta forma de ser uno, entre todos, un plural, ser eso, ir encima de esa ola. Pero esto es cosa de cuartos, de hombres en sus habitaciones, de cosas que no se dicen. Diariamente ver los puentes, estas calles, el barrio de Seremsa es como cerrado. Uno puede soñar ser algo. No es globalizado. Una familia. Cada uno es personaje. Si pusiera música ahora sonaría todo diferente.
Ir como en esa ruta. Tomar un bus esperarte a veces después de ver a un viejo amigo y conversar de la infancia. Los recreos. Las ventanas. Es inevitable lo del romance. Poner una canción. Continuar en ese círculo. Pienso que esto de la soledad no es algo tan espantoso, yo la paso bien. Al menos hasta que quiero ver a alguien. Y alguien se predispone a cualquier caminata. No siempre. De seguro también te pasa. Es como una diaria necesidad.
No hay manera, la poesía es como una necesidad. Hoy leía que un méxicano hablaba en tono irónico del poema como cuerpo. Antes existía otra forma de pensarlo. No se puede sujetar a un viejo juicio. Entonces todo fluye. Siento que de fondo lo que se quiere hacer ahora es libertar esa masa de ilusión y dejar la otra. Por ahí no sé dónde escuché que la poesía de la realidad es la ciencia. Leo a viejos poetas peruanos. Hablan de sus casas los sábados abiertos a la diversión, a conversar después de la misa y de almorzar en casa.
Celebrar el sábado. El tono de estos días es otro. Pensar en poesía es hacerla existir. Pero es que el tema de la poesía no es un abstracto, es un constructo de varios temas, donde las fronteras se liberan en un ejercicio espléndido.
Pensar en ti buscar el tono adecuado. Silenciarse. De fondo tal vez sea esta forma de ser uno, entre todos, un plural, ser eso, ir encima de esa ola. Pero esto es cosa de cuartos, de hombres en sus habitaciones, de cosas que no se dicen. Diariamente ver los puentes, estas calles, el barrio de Seremsa es como cerrado. Uno puede soñar ser algo. No es globalizado. Una familia. Cada uno es personaje. Si pusiera música ahora sonaría todo diferente.
Ir como en esa ruta. Tomar un bus esperarte a veces después de ver a un viejo amigo y conversar de la infancia. Los recreos. Las ventanas. Es inevitable lo del romance. Poner una canción. Continuar en ese círculo. Pienso que esto de la soledad no es algo tan espantoso, yo la paso bien. Al menos hasta que quiero ver a alguien. Y alguien se predispone a cualquier caminata. No siempre. De seguro también te pasa. Es como una diaria necesidad.
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